12.14.2011


CON GREGORIO EN SUS FELICES 96
(Redactado para Opciones, 17 de julio de 1994)
Hermosos noventa y seis años de edad cumplió el 11 de julio Gregorio Fuentes Betancourt, compañero de aventuras náuticas del escritor norteamericano Ernest Hemingway y patrón de su famoso yate Pilar.
En perfecta salud y rodeado del cariño y admiración de familiares y amigos en la costera Villa de Cojímar, el viejo navegante recibió un homenaje en el restaurante La Terraza, uno de los lugares donde él y el novelista eran visita frecuente durante la temporada de pesca de agujas en el litoral noroccidental cubano.
Fuentes, que es una leyenda viviente para los amantes del deporte de la pesca mayor en medio mundo, nació en 1898 en la Isla de Lanzarote, del archipiélago español de Islas Canarias, y por tradición familiar dedicó su vida a la pesca y la navegación.
Antes de cumplir ocho años de edad llegó a La Habana a bordo del bergantín goleta Joven Antonio y desertó del mismo en el muelle de Casablanca para cumplir su destino de asentarse en Cuba. En 1928 conoció a Hemingway en Dry Tortuga durante una tormenta y 10 años más tarde tomó el mando del Pilar ya para siempre.
El literato y pescador deportivo estadounidense reconoció en una de sus crónicas la calidad de Gregorio Fuentes como hombre de mar. Lo más importante para él -afirmaba Hemingway- era mantener pintada y limpia su embarcación. Su profesionalidad libró de daños al Pilar en el transcurso de tres huracanes.
Hoy día el magnífico yate se encuentra expuesto en un pabellón del Museo Hemingway en Finca Vigía y allí nos encontramos con Gregorio una tarde reciente. El destacado patrón afirmó emocionado a la vista de su barco que éste había sido lo mejor del mundo para navegar.
Podía vivirse a bordo igual que en tierra, todo el tiempo que se quisiera, asegura Fuentes, y señalando el sólido casco de más de 11 metros de eslora, planteó que el entablado original del forro era continuo de proa a popa, para garantizar una resistencia total en la lucha con las fuerzas del mar.
Un día Hemingway le dijo: "Oigame, usted no sabe lo contento que estoy". "¿Por qué, Papa?", indagó el patrón. "Porque he escrito 1500 palabras esta mañana, gracias a que nadie me interrumpe a bordo". Era el yate un lugar de descanso, de búsqueda de aventuras y conocimientos y también de trabajo.
Cuenta el Pilar con dos camarotes y nueve literas, una cocina que es una obra maestra de aprovechamiento del espacio y un adecuado servicio sanitario. El puente volante fue una gran innovación en su época y los dos inmensos outriggers usados para separar las carnadas de la estela del barco durante la pesca eran el signo distintivo de su imagen en la distancia.
Tan cerca del siglo de edad, Gregorio Fuentes es hoy uno de los más amenos y vivaces interlocutores que pueda tener un aficionado al mar y a los lances de pesca mayor. Su presencia en los grandes torneos cubanos de la aguja es siempre deseada y es en Cojímar, su patria chica por elección, parte vital de la entrañable tradición marinera que distingue al más internacionalmente conocido poblado costero cubano.

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